domingo, 10 de noviembre de 2013

Travesía complicada



El día empieza bien temprano.
 


El viernes llegamos a El Chalten, y nuestra intención es tomar el autobús que nos llevará al comienzo de nuestra travesía hasta de nuevo a Chile.     Actualmente estamos en territorio Argentino. La ruta es simple; un autobús hasta la Laguna del Desierto, barco de línea regular hasta la otra punta de la laguna, caballos hasta el refugio de Candelario Mansilla, dormir a esperar el barco que nos llevará hasta Villa O'Higgins al día siguiente.
    Primera sorpresa, el autobús no puede salir porque no tiene combustible. Buscamos alternativas y nos informan de que hay otra empresa que nos puede llevar, pero que no sirve de nada porque el barco que a continuación tenemos que coger no sale por problemas de "papeles".
     Seguimos buscando soluciones y tropezamos con un amable taxista "buscavidas" que nos propone una alternativa, un amigo suyo pescador tiene una barca y podría hacer el trayecto. En su "taxi" nos dirigimos a su casa y después de algunas negociaciones accede a hacernos el porte.
     Cuando ya tenemos solucionado este tema nos informan que el siguiente tramo después de la barca lo iba a hacer un lugareño con caballos, pero que está de viaje y no lo encuentran. Nos aconsejan dirigirnos a la Gendarmería puesto que ellos tienen caballos y quizás los podrían prestar. Hablamos con el superior al mando y nos dice que efectivamente en el puesto que hay después de la Laguna del Desierto tienen caballos y que aquel destacamento seguro que nos ayudará a hacer la travesía monte a través, aunque no puede comunicar con ellos por radio para asegurarlo. Confiados en su afirmación nos dirigimos de nuevo a confirmar el paso en la barca del pescador. Nueva sorpresa, el pescador tiene la tarde ocupada y no puede llevarnos hasta mañana. Muy justo de tiempo puesto que el barco sale a las 5 de la tarde de mañana desde Candelario Mansilla y no hay otro hasta el sábado que viene. Nos quedaríamos en tierra de nadie en medio del monte una semana entera.
Al fondo, bajando la barca que nos tiene que llevar,
y a la derecha el que tenía que habernos llevado..
     Única opción, salir a las 4 de la mañana para poder llegar a tiempo. Convencemos al pescador para que madrugue y quedamos citados al día siguiente bien temprano.
     Como veréis en la foto la barca no es el Titanic precisamente, pero cabemos todos con el equipaje. Al día siguiente emprendemos la marcha por un camino de tierra durante 2 horas. Llegamos al puerto, descargamos la barca del remolque, repostamos, equipajes y en marcha. La navegación discurre un poco lenta puesto que llevamos el viento en contra y el motor de la barca hace todo lo que puede. Una hora de navegación y llegamos helados además de mojados del agua que salpica, pero lo hemos conseguido. Prueba superada.





    En el puesto de la Gendarmería nos atienden muy amablemente pero nueva sorpresa, no hay caballos. Como no le han traído forraje, los han tenido que soltar por el monte para que se busquen el alimento ellos solos. ¿Opciones?, ninguna. Vuelta o marcha a pie. Nos miramos y decidimos echarle valor. Mochila con 23 kilos a la espalda y monte arriba 7 kilómetros.


  
      Al principio va todo bien, la senda es clara y la marcha va a buen ritmo para llegar a la cita con un vehículo que nos espera a las 10,30 horas para llevarnos los últimos 17 kilómetros. A la mitad del camino nos perdemos y aparecemos en medio de una zona de arboles caídos junto a la Laguna Redonda a donde suelen ir los pecadores y está llena de senderos que todos acaban en la laguna pero ninguno a donde nosotros queremos llegar. Seguimos atravesando monte sirviéndonos esta segunda laguna como referencia para intentar conseguir llegar. El tiempo empieza a correr y se aproxima la hora de la cita con el vehículo.

          
     En la búsqueda del camino correcto nos metemos en una zona pantanosa hundiendo los pies de barro hasta el tobillo debido al elevado peso que portamos. Con los pies "frescos" encontramos definitivamente la senda buena, pero ya son las 11 de la mañana e ignoramos si nos seguirán esperando. En caso contrario nos quedarán otros 17 kilómetros andando. Pero todo no van a ser adversidades, y por fin a las 11,30 aparecemos delante de un 4x4 con un señor cargando para irse. Un par de gritos y lo paramos. Lo hemos conseguido.

   

     Una pequeña recompensa, en la única casa que existe nos ofrecen una comida caliente mientras esperamos el barco. No es el "Bulli", pero por lo menos no pasamos frío y tenemos conversación. Estamos deseando llegar para cambiarnos la ropa y las botas mojadas, pero todavía tendremos que esperar las dos horas de retraso del barco, más las 3,5 horas de navegación y media más de autobús. La cama la vamos a pillar con ganas. En el viaje del barco conocemos a una familia que nos alquila dos habitaciones para esta noche. Ha sido un día intenso.

En la bolsa roja de atrás está el "frigorífico"
con la carne que nos han guisado hoy.


Maravillosos paisajes. Al fondo está el Glaciar O'Higgins.
Nos encontramos este extraño artilugio anfibio



1 comentario:

  1. No se si reírme o echarme a llorar! Menos mal que vais saliendo airosos de las adversidades! Ánimo para empezar la semana, seguir contándonos vuestros días y subiendo fotos, son una pasada. PD: Tráeme un anfibio de esos para ahorrarme las colas en verano :)

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